Instinto de Superviviente, de Darío Vilas: No todo es lo que parece

Cuando afrontas la lectura de una novela de zombis, sabes a lo que expones. Por un lado, si se trata de una novela de supervivencia, hay un personaje fuerte, que suele conducir la historia y en la mayoría de casos, acaba el libro sobreviviendo o teniendo un final épico por el que se salvan el resto, o parte de ellos.

Por otra parte, puede ser una novela de personajes en la que los muertos vivientes sean meros adornos en medio de una interesante trama que recorre la historia. 
Dicho esto, Instinto de Superviviente tiene la extraña cualidad de meterse, y además de lleno, en los supuestos anteriores.

Al comenzar a leer, averiguamos que su protagonista, posiblemente el personaje carismático del que hablaba al principio, tiene una plaza fuerte en el edificio donde vive. Está divorciado, tiene un hijo y resiste en su vivienda, un apartamento situado en un sótano bien reforzado.  La epidemia ha comenzado hace un tiempo, y él sobrevive sin problemas. Junto a un niño, que está con él a regañadientes. El rapaz, con quien quiere estar, es con su madre.

Asistimos a la aventura de padre e hijo para intentar llegar a la costa, sorteando los temibles muertos que han decidido no estar tumbados en su lugar de reposo. En su viaje, descubren cosas que no son del todo normales, siempre dentro de la propia solidez de la historia. No me refiero a que los muertos anden, algo que ya destroza totalmente cualquier cosa probable, sino que hay otro tipo de seres que no son los conocidos zombis y que les dan más de un problema.
También encontramos a los supervivientes aislados. Personas que han conseguido escapar por los pelos de las masacres. Unos, buena personas. Otros, no tanto. Hasta aquí, todo normal.

Pero Darío Vilas, con mano firme, comienza a deslizar las auténticas claves de una historia que comenzó siendo una cosa y que, a medida que avanza, se torna más oscura y tétrica si cabe. No estoy por la labor de desvelar misterios, pero basta decir que, como siempre ocurre, nada es lo que parece, y los muertos, aunque imponen, no son ni la mitad de peligrosos que los que viven.

Una lectura que te atrapa y se deja llevar con fluidez, y más, cuando comienzas a atisbar la realidad y estás deseoso por ver hasta qué punto estás equivocado o si has enlazado bien esas pistas dispersas. Antes de llegar al final de la novela la verdad se destapa sin más cortapisas y es entonces cuando, sin que fuéramos conscientes de que podría ser así, la tensión se intensifica.

Un gran trabajo, que nació, al parecer, de un relato corto que Darío escribó hace un tiempo, y que ha regalado a los lectores de su novela a través de un concurso. Una narración intensa, agradable dentro de lo oscuro, y que recomiendo a los que gusten de emociones fuertes. Aquí hay unas cuantas.

Y no será la última vez que sepamos de esta ciudad imaginaria, ya que este es el primer libro de Instinto Z, una saga literaria que promete traernos interesantes historias. Los zombis, de atrezzo, porque los que mandan son los vivos,  no ellos. Para bien o para mal.

Instinto de Superviviente
Autor: Darío Vilas 
Dolmen Ediciones
Portada: Alejandro Colucci
224 Páginas / 16,95 €
ISBN: 978-84-15296-07-2



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